Entonces podemos decir que:
La inteligencia musical es sensible al ritmo, al tono y al timbre, permite
al ser humano la interacción, la creatividad, además de descifrar códigos a
través de sistemas de notaciones musicales y de sonido rítmicos, presentes en
la naturaleza.
El niño con esta capacidad se destaca en: Reconocer los
sonidos o códigos musicales, cantar recordar melodías y ritmos
♪ Le gusta: Cantar,
tararear, escuchar música, tocar un instrumento. Entonces.
♪ Aprende mejor:
Cantando, escuchando música.
♪ El perfil profesional: Músicos, compositores, críticos profesionales de la música.
Pueden hacer sonidos musicales con cualquier objeto, aflorando
sus emociones a través del cuerpo, con movimientos dinámicos, como palmadas,
siguiendo el ritmo de canciones, bailando, cantando, escuchando música y
respondiendo con interés a la diversidad de sonidos, presentes en el entorno.
Al interactuar con los materiales el niño encuentra una forma
fácil y divertida de aprender y por ende el docente se le facilita aun más la
enseñanza, a través de las estrategias para el desarrollo de la inteligencia
musical, siempre se debe tomar en cuenta las características de cada niño y su
edad para el desarrollo de las diferentes estrategias, relacionando las diferentes inteligencias como lo es el caso de la inteligencia lingüística. Al
aprender la letra de una canción y la expresa, desarrolla la inteligencia
lingüística. En la espacial al identificar los sonidos de los instrumentos
musicales elaborados por ellos mismos el docente estaría incorporando esta
inteligencia y además de la
corporal cinética que guardan una
estrecha relación con la inteligencia musical, que requiere de movimientos económicos para la práctica como por ejemplo, la elaboración de instrumentos
musicales.
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